PROVERBIOS  25





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ENTENDIENDO  PROVERBIOS 25

La tarjeta se encuentra basada en un lenguaje sencillo
de la Biblia NVI.
La explicacion se basa en la Biblia Reina Valera 1960



 

Proverbios 25
Comparaciones y lecciones morales.

1 También estos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá:

2 Gloria de Dios es encubrir un asunto;
Pero honra del rey es escudriñarlo.

3 Para la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra,
Y para el corazón de los reyes, no hay investigación.

4 Quita las escorias de la plata,
Y saldrá alhaja al fundidor.

5 Aparta al impío de la presencia del rey,
Y su trono se afirmará en justicia.

6 No te alabes delante del rey,
Ni estés en el lugar de los grandes;

7 Porque mejor es que se te diga: Sube acá,
Y no que seas humillado delante del príncipe
A quien han mirado tus ojos.(A)

8 No entres apresuradamente en pleito,
No sea que no sepas qué hacer al fin,
Después que tu prójimo te haya avergonzado.

9 Trata tu causa con tu compañero,
Y no descubras el secreto a otro,

10 No sea que te deshonre el que lo oyere,
Y tu infamia no pueda repararse.

11 Manzana de oro con figuras de plata
Es la palabra dicha como conviene.

12 Como zarcillo de oro y joyel de oro fino
Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.

13 Como frío de nieve en tiempo de la siega,
Así es el mensajero fiel a los que lo envían,
Pues al alma de su señor da refrigerio.

14 Como nubes y vientos sin lluvia,
Así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad.

15 Con larga paciencia se aplaca el príncipe,
Y la lengua blanda quebranta los huesos.

16 ¿Hallaste miel? Come lo que te basta,
No sea que hastiado de ella la vomites.

17 Detén tu pie de la casa de tu vecino,
No sea que hastiado de ti te aborrezca.

18 Martillo y cuchillo y saeta aguda
Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.

19 Como diente roto y pie descoyuntado
Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.

20 El que canta canciones al corazón afligido
Es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre.

21 Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan,
Y si tuviere sed, dale de beber agua;

22 Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza,(B)
Y Jehová te lo pagará.

23 El viento del norte ahuyenta la lluvia,
Y el rostro airado la lengua detractora.

24 Mejor es estar en un rincón del terrado,
Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.

25 Como el agua fría al alma sedienta,
Así son las buenas nuevas de lejanas tierras.

26 Como fuente turbia y manantial corrompido,
Es el justo que cae delante del impío.

27 Comer mucha miel no es bueno,
Ni el buscar la propia gloria es gloria.

28 Como ciudad derribada y sin muro
Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.


                                 (Biblia Reina Valera 1960)


 



Comentario al Proverbio  25

Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Proverbios Tomo-2. Editorial CLIE.

 

Versículo 1

Este versículo es el título de esta última colección de los proverbios de Salomón. Los editores fueron hombres de especial habilidad literaria que el rey Ezequías empleó para este menester, ya que él mismo estaba interesado en la literatura (V. 2 Cr. 31:21, así como Is. 38:10-20, donde se conserva un poema compuesto por él mismo después de recuperarse de su enfermedad). Esos hombres copiaron los proverbios de los archivos del reinado de Salomón, y los publicaron como apéndice a una anterior edición de este libro. Es un ejemplo digno de imitarse: Se ofrece un buen servicio a la Iglesia publicando tesoros de piedad y sabiduría de santos que nos precedieron y que quizá yacen escondidos en la oscuridad.

Versículos 2-3

Las obras de Dios son misteriosas, tanto en el plano de su providencia como en el de su gracia (Dt. 29:29; Ro. 11:33). Vemos lo que hace, pero no comprendemos sus razones; ésta es su gloria y hemos de reverenciarla y alabarla. Pero el honor del rey exige escudriñar los asuntos que le son presentados, a fin de poder obrar con justicia y equidad en todos ellos. El v. 3 describe la realidad: 'Así como es imposible, dice Cohen, para el hombre calcular la altura del espacio que hay encima de su cabeza, y la profundidad de la tierra que hay debajo de sus pies, así también está fuera del alcance de su poder comprender las maniobras diplomáticas de la regia mente.

Versículos 4-5

El esfuerzo vigoroso de un príncipe para suprimir el vicio y reformar las costumbres de su pueblo es el medio más eficaz de afianzar su trono.

El deber de los magistrados es usar su poder para infundir terror a los malhechores (V. Ro. 13:3), a fin de que no extiendan su infección por todo el reino. Esto es lo que aquí (v. 4) se llama quitar las escorias de la plata, lo cual se lleva a cabo por medio del fuego. La reforma de la corte promueve la reforma del reino (Sal. 101:3-8).

Versículos 6-7

La religión, lejos de destruir las buenas maneras, nos enseña a dejar a otros el lugar que les corresponde; más aún, nos instruye en la humildad y la abnegación, que es una enseñanza superior a la de las buenas maneras en sociedad. Este es, por otra parte, el modo de alcanzar una promoción, como lo muestra nuestro Salvador en una parábola que parece tomada de este lugar (V. Lc. 14:8-10). Mejor es ser ascendido a un lugar cercano al rey con todo honor, que ser degradado, lleno de vergüenza, por haber ocupado un lugar que correspondía a otro más noble.

Versículos 8-10

«No entres apresuradamente en pleito, sin consultar con tus amigos y consejeros; sobre el caso. Asegúrate de que llevas la razón de tu parte, no sea que no sepas qué hacer al fin al hallar que el veredicto es dado en contra tuya ¿qué harás entonces, viendo que tu prójimo ha ganado la causa y te ha avergonzado? Mejor es que arregles tu pleito con tu vecino a solas (v. 9. Comp. Mt. 5:15; 18:15) y, si tienes información secreta acerca de él por ese medio, no la descubras a otro; no sea que te delate como a un chismoso y no puedas reparar ya la mala reputación que con eso te has granjeado (v. 10)». Esta parece ser la mejor interpretación de todo este pasaje.

Versículos 11-12

Un consejo, una corrección, una palabra de consuelo y aliento, o de testimonio, cuando se dan a tiempo, se expresan lo mejor posible y se adaptan perfectamente al caso de la persona a quien se dirigen, así como al carácter personal de la persona que habla, son como manzanas de oro en engastes de plata (v. 11). El hebreo de esta frase admite dos versiones igualmente probables: 1. Se trata de bolas de oro, o recubiertas de oro, en un trasfondo escultórico de plata (lit. figuras de entalladura). 2. Se trata de un trabajo de filigrana, en que las manzanas de oro están cubiertas por una red o encaje de plata; las manzanas de oro se ven a través de la red. Sin duda, era alguna clase de adorno de mesa, bien conocido en aquel tiempo.

El v. 12 parece un símil del mismo género: La reprensión de un sabio, es decir, de alguien con la discreción suficiente para dar una buena palabra de corrección a tiempo, que cae sobre un oído obediente (lit. que escucha) es como pendiente de oro y joyel de oro fino; buen adorno, que cae bien al que habla y al que escucha.

Versículo 13

Un mensajero debe ser fiel al que lo envía y dar con toda exactitud el mensaje que se le ha confiado sin falsificar en nada el contenido. Esto llenará de satisfacción al que le envió, como el refrigerio que causaría un poco de nieve en el ardor de la siega si se la pudiese conseguir de lo alto de las cumbres nevadas.

Versículo 14

En contraste con el versículo anterior, vemos ahora a uno que se jacta falsamente de tener y dar lo que nunca tuvo ni dio, inventando grandes proezas y provechosos servicios que sólo existen en su imaginación; en vez de refrescar como la nieve, éste es como nube estéril y viento que hace mucho ruido, pero que no traen lluvia (comp. con Jud. v. 12), causando la desilusión del labrador.

Versículo 15

Dos cosas se recomiendan aquí en el trato con los demás: 1. Paciencia para soportar el ardor de la ira ajena sin contagiarse de ese ardor, y para esperar una buena oportunidad de presentar nuestras razones y dar a las personas el tiempo suficiente para considerarlas. Por este medio, hasta un príncipe puede ser aplacado. 2. Suavidad, para hablar sin pasión ni provocación: la lengua blanda quebranta los huesos. El hueso es una sustancia muy dura y sirve aquí de símil. Una palabra suave ablanda los ánimos más duros y prevalece sobre los más morosos, como pasa a veces con el rayo que quebranta el hueso sin pinchar la carne.

Versículo 16

Este proverbio enseña moderación en cosas que, por otra parte, son muy agradables (comp. v. 27). En 24:13, la miel era símbolo de sabiduría, pero aquí es símbolo de cualquier cosa deseable, que ha de ser usada con moderación. Los placeres de los sentidos pierden su dulzura con el abuso y se vuelven nauseabundos, como puede pasar si se come demasiada miel.

Versículo 17

Otro proverbio sobre la moderación. Esta vez sobre las visitas a vecinos y parientes. Es norma de cortesía y afecto visitarles, pero es norma de prudencia no multiplicar las visitas, no estar demasiado tiempo, no llegar a la hora de comer y no entremeternos en los asuntos ajenos. La excesiva familiaridad engendra menosprecio. 'Después del tercer día, saben mal pescado y compañía'. El adagio castellano dice que 'al tercer día hieden el cadáver y el huésped'. Por aquí vemos que Dios es un amigo mucho mejor que cualquier otro, puesto que cuanto más vamos a él, tanto mejor nos recibe y agasaja.

Versículo 18

Un falso testimonio es como un mazo con que le pueden romper a uno la cabeza, como una espada que atraviesa desde cerca y como una saeta aguda que traspasa desde lejos. Por eso tenemos necesidad de orar. «Libra mi alma, Yahweh, de los labios mentirosos» (Sal. 120:2).

Versículo 19

Como diente roto y pie que resbala (lit.) es la confianza en el desleal (o traidor) en tiempo de angustia. Sólo al desastre conduce poner confianza en quien no es digno de ella, del mismo modo que un diente roto produce un dolor que impide comer, y un pie que resbala no permite tenerse de pie.

Versículo 20

Aquí se expresa la tremenda inoportunidad de cantar canciones alegres a una persona que está triste.

Los que sufren alguna aflicción han de ser consolados mediante la simpatía y el consuelo que puede ofrecer una persona comprensiva, pero vamos por el mal camino si intentamos aliviarles sintiéndonos alegres e intentando que también ellos se pongan alegres. Quitándole a una persona la ropa en tiempo de invierno, se la enfría más todavía, y si se echa vinagre sobre sosa caústica, se la pone en fermentación; la persona se enfada con toda razón.

Versículos 21-22

El Apóstol cita estos dos vv. en Ro. 12:20. El mandamiento de amar a todos, aun a nuestros enemigos, era ya un precepto del A. T., aunque nuestro Salvador le dio todavía más fuerza al amamos y morir por nosotros cuando aún éramos enemigos suyos (V. Ro. 5:6-10). Si devolvemos a nuestros enemigos bien por mal, los ablandaremos y refinaremos como se refina en el crisol a los metales. Más aún, amontonaremos ascuas sobre su cabeza. Comenta Cohen: Una acción amistosa de esta clase, tan inesperada y tan inmerecida, le producirá un efecto (sanamente) doloroso y le causará remordimiento por su enemistad'. Ese es el mejor medio de convertir en amigos a los enemigos.

Versículo 23

El texto hebreo de este versículo dice literalmente: «El viento norte hace girar la lluvia, y los rostros enojados (hacen cesar) la lengua de secreto» (lit.), es decir, la lengua solapada, detractora. Los detractores no hablarían tan fácilmente si no se les oyese fácilmente, pues si hallasen entre sus oyentes muestras de desagrado, se callarían. Si no podemos mostrar nuestro desagrado por medio de palabras, hagámoslo por medio de un rostro ceñudo ¿Quién sabe si eso bastará para corregir de una vez al detractor? Son muchos los que perjudican a las personas de quienes hablan, únicamente por la esperanza que tienen de ganarse el favor de las personas a quienes hablan.

Versículo 24

Este versículo es una repetición de lo que ya vimos en 19:13 y 21:9.

Versículo 25

A veces, esperamos con impaciencia recibir buenas noticias de amigos o parientes que viven en tierras lejanas; nuestra alma tiene sed de ellas. Así que, cuando llegan, caen como el agua fresca a uno que está sediento. También el cielo, nuestra verdadera patria, es una tierra lejana mientras peregrinamos por este mundo ¡cuán refrescante es oír buenas noticias de allí, tanto en el evangelio que precisamente significa 'buena noticia', como en el testimonio que el Espíritu da con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios! (V. Ro. 8:16).

Versículo 26

Como fuente enturbiada (Lit. pisoteada. Comp. Ez. 34:18) y manantial corrompido (o corriente contaminada) es el justo que claudica delante del malvado. El creyente que cae en pecado manifiesto a la vista de los incrédulos entristece a los buenos, alegra a los malos y contagia e infecta a otros animándolos a hacer lo mismo. La gloria de Dios, el honor del evangelio y el decoro de la Iglesia pierden mucho con la mala conducta de los creyentes. Es un contratestimonio. El versículo admite también otra interpretación: Cuando los justos son oprimidos ('caen', no 'claudican') y pisoteados por la violencia de malos hombres, y aun de malos gobernantes, se enturbian las fuentes dula justicia y se corrompen los manantiales mismos del buen gobierno (comp. 28:12, 28; 29:2).

Versículo 27

Los hombres no suelen estar satisfechos de los deleites ni aun cuando están hartos, por lo que sufren las consecuencias de una ambición nunca satisfecha. Así pasa con los que buscan su propia gloria a toda costa; buscar descaradamente el aplauso no es gloria, sino vergüenza; todos se ríen de quien así se comporta. La primera frase repite la idea del v. 16. El hebreo de la segunda frase (nota del traductor) dice así: «Y la búsqueda de su (de ellos) gloria (es) gloria». Tomado literalmente no puede estar más oscuro, pero viene bien aquí la sabia explicación del rabino Cohen: «Mediante la aplicación del paralelismo, se suplen en esta cláusula las palabras no y mucha de la primera cláusula». Es, pues, uno de los frecuentes casos de elipsis.

Versículo 28

Una persona prudente y virtuosa sabe frenarse, tiene dominio de sí misma. El vicioso, que no sabe ni quiere dominarse a sí mismo, es como una ciudad derribada y sin muro; está sin defensas, expuesto a todas las tentaciones del mundo y del diablo, siendo fácil presa de Satanás.


Fuente: adorador.com

 



 

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